Me pasa mucho que, cuando llego a mi casa, tengo que pararme a buscar en el maletín las llaves del portal y siempre da la casualidad de que están en la parte más profunda. Esto es un poco engorroso y más cuando llevas prisa.
Por cosillas así llevo tiempo queriendo trastear con el portero automático así que, cuando el otro día cayó en mis manos un LinkIt One y un amigo ofreció su porterillo como conejillo de indias no me lo pensé dos veces.